Descripción
Presenta un caparazón ovalado, casi el doble de ancho que de largo. Su peso oscila entre 0.5 hasta los 4 kilos. Este caparazón es muy grueso y está formado básicamente por dos conchas lisas, la superior ligeramente abombada. El bode del caparazón presenta incisiones dentadas a ambos lados y en la parte delantera. El lomo es de color marrón, y la parte inferior es blanquecina amarillenta, pudiendo presentar tonos rojizos y manchas oscuras.
El primer par de patas o bocas como también se les conoce, son como dos pinzas, lisas y grandes, que tienen las articulaciones muy rígidas, articulación que normalmente se les corta para su posible manipulación, mientras que los otros cuatro pares de patas son peludos y finalizan en uñas de color negruzco.
El buey de mar se encuentra en las aguas costeras de los mares fríos y templados, sobre todo en el norte de Europa.
Se sitúa en fondos rocosos y también en los arenosos y fangosos, a profundidades que pueden llegar a los 100/120 m, aunque los ejemplares jóvenes suelen encontrarse más cerca de la orilla. Se alimenta de bivalvos, pequeños crustáceos, equinodermos y otros invertebrados, y pequeños peces.
PRODUCCIÓN DISTRIBUCIÓN Y CONSUMO
Nuestra empresa distribuye el buey de mar durante todo el año, aunque las máximas capturas se dan en los últimos seis meses del año, especialmente en diciembre debido a la campaña navideña. Se comercializa vivo, congelado y congelado cocido, también su carne se le extrae para su comercialización de elaboración de suculentas combinaciones. Su procedencia como sea ha indicado es el norte de Europa.
PREPARACIÓN
Para cocerlo, se prepara agua con sal o bien si se dispone agua de mar con un poco más de sal y se introduce el buey cuando está en ebullición. Se suele cocer durante 10 minutos por kg. de peso del animal, transcurridos los cuales se retira de la fuente de calor y se corta la cocción añadiendo agua fría.
Se puede servir frío, templado, caliente, entero, desprovisto de caparazón, en ensalada, gratinado, relleno o en suflé. También se puede consumir simplemente cocido y acompañado por una salsa mayonesa, pan moreno y mantequilla.
El caparazón, amplio y atractivo, es adecuado para rellenarlo con la propia carne o como recipiente para ensaladas. Se puede rellenar con un guiso elaborado con verduras rehogadas en mantequilla, caldo de pescado y la carne del buey, que se añade en el último momento para evitar que se seque. Se recomienda acompañarlo con salsa de bogavante, o bien gratinarlo.
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