Descripción
La langosta común, también llamada simplemente langosta real, o langosta europea, es un crustáceo marino de gran tamaño muy apreciado en la alta cocina.
Es un crustáceo decápodo que se caracteriza por sus largas antenas laterales y ausencia de pinzas. Presenta un cuerpo alargado con la cola larga, gruesa, cilíndrica y flexible. El caparazón tiene la superficie cubierta de espinas y la parte posterior más ancha.
La coloración de la langosta es muy variable, de rojizo a violeta pardusco. El abdomen es oscuro y presenta un par de grandes manchas amarillentas simétricas. La talla máxima es de 50 cm. Tiene una carne blanca y compacta, de agradable aroma, y es uno de los mariscos más lujosos y caros del mercado.
Habita en el Atlántico oriental, desde Irlanda hasta las Azores. Se captura con nasas especiales o redes langosteras, aunque puede aparecer también como captura accesoria en otras artes. Las presas se suelen conservar en viveros en el momento de su venta.
Viven en fondos rocosos, aunque a veces se puede encontrar en fondos de arena, se encuentra en aguas poco profundas, entre 40-70 cm. Durante el día permanece en los huecos y grietas de las rocas, y por la noche sale a buscar alimento. Es un animal carroñero, que suele recorrer los fondos marinos en busca de peces muertos.
También se alimenta de gusanos, calamares, crustáceos, y tiene preferencia por erizos y pequeños moluscos.
Producción
La langosta se comercializa viva o congelada, ya que se deteriora con rapidez. Cuando aparece congelada puede presentarse en colas o entera, en muchas ocasiones cocida.
ANSOMAR la comercializa en vivo y en congelado durante casi todo el año.
Gran parte de las langostas que se consumen en España proceden del norte de Europa y África. El mayor consumo se da durante la época navideña, siendo muy apreciadas las langostas que proceden de las costas gallegas y de las costas occidentales de Irlanda.
La langosta escasea en general durante todo el año, ya que hay más demanda que oferta.
Preparación de la langosta viva
La carne de este marisco ocupa un lugar muy especial en la cocina, debido a que posee sabor, aroma y textura incomparables. La langosta se puede consumir simplemente cocida, o bien a la parrilla, a la plancha o guisada. Hay que tener precaución de no cocerla demasiado, pues su carne se puede volver seca y gomosa. Se puede acompañar de salsas como mayonesa, salsa tártara o mantequilla al ajo. También resulta deliciosa en ensalada.
La parte más apreciada es la cola, es decir, la parte musculosa abdominal, aunque esto depende de los gustos de los consumidores, pues hay quien prefiere la cabeza. En ella se encuentra el hígado, de color verdoso, que es comestible y excelente para añadirlo a las salsas.
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