Descripción
El centollo es un crustáceo decapado marino, con caparazón abombado y triangular. Su carne es de muy buena calidad, muy apreciada gastronómicamente.
El aspecto del centollo recuerda al de una araña. Este cuerpo es grueso y de forma triangular, con la parte anterior en punta y la posterior más ancha y redondeada. Presenta dos salientes alargados y delgados entre los ojos, además de otras muchas espinas y granulaciones puntiagudas más cortas en toda la superficie del caparazón. La coloración del dorso es pardo rojiza, mientras que la parte ventral es blanquecina. El primer par de patas está transformado en dos largas y delgadas pinzas puntiagudas. Los otros cuatro pares de patas son también largos y delgados, van descendiendo de tamaño desde el primero hasta el último, y terminan en afiladas uñas .La talla máxima es de 20 a25 cm de longitud del caparazón y 15 a 18 cm de ancho, pero lo más frecuente es que presente una longitud de caparazón de 13 cm.
Es una especie demersal y habita fondos rocosos o arenosos con abundancia de algas, a profundidades que pueden variar desde zonas próximas a la superficie hasta 150 m. Durante el día, permanece inmóvil entre las algas del fondo que lo ocultan. En verano se reúne en grandes grupos para la reproducción Se alimenta de toda clase de desechos orgánicos.
Producción
El centollo aparece en los mercados vivos, y en menor medida, congelado o cocido.
A la hora de comprar los centollos hay que asegurarse de que estén bien llenos de carne; para ello, hay que elegir ejemplares que tengan el caparazón más o menos oscuro y con incrustaciones de otros seres marinos, pues es indicativo que lleva mucho tiempo sin mudar el caparazón.
ANSOMAR dispone de centollo todo el año, importando de varias zonas dependiendo de su calidad, para poder así garantizar su comercialización.
Preparación
Normalmente, los centollos se consumen cocidos. Para ello, se los introduce en el agua con sal cuando el agua esté hirviendo. Tras cocerlos el tiempo necesario, depende del tamaño, suele oscilar entre 10 y 25 minutos, dependiendo del peso. Posteriormente, se saca y se deja enfriar.
Otra forma es poner agua con vinagre, pimienta, laurel y sal en una olla y hacerla hervir. Se introduce entonces el centollo vivo, se tapa y se lleva de nuevo al hervor, manteniéndose unos minutos un fuego vivo. Luego se saca y se deja enfriar.
Es importante comprobar que el centollo está vivo antes de cocerlo. Además, ha de tener todas sus patas, de lo contrario le entraría agua y se estropearía.
Una receta muy conocida es la del txangurro a la vasca, en la cual se cuece el centollo se saca la carne de las patas y cuerpo y se rehoga con salsa de tomate, brandy y jerez. Con esta preparación se rellena el caparazón, se espolvorea con perejil picado y pan rallado, se colocan encima unas bolitas de mantequilla y se gratina.
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